

Martes, 3 de Febrero. 9:50 de la mañana.
Caras de sueño y cansancio, bostezos... Es decir, un típico martes por la mañana. Pero la clase de 1º de Bachiller del colegio El Encinar tiene un invitado sorpresa: don Antonio Gil.
No habían pasado dos minutos del encuentro cuando los, hasta entonces pesados, párpados de todas observaban expectantes al invitado. Así el sueño se convirtió en asombro.
El alzacuellos de su camisa nos confirma nuestras sospechas: es sacerdote, pero no un sacerdote cualquiera. Don Antonio Gil no viene a contarnos un sermón más, viene a educarnos, como a él le gusta decir, en los medios de comunicación.
Mirándonos una a una a los ojos capta nuestra absoluta atención mientras se presenta. Nos cuenta que ejerce el sacerdocio y el periodismo. Todos los domingos el periódico EL CÓRDOBA cuenta con un artículo suyo y, su voz podría sernos familiar por haberla escuchado por la radio.
El pasado año una semana de cada mes comenzaba el día emitiendo en el conocido programa de radio que antes se llamaba "Buenos Días nos de Dios" y que ahora, por los tiempos que corren se llama simplemente "Buenos Días". Además ha escrito varios libros y, desde hace casi 18 años es párroco de San Lorenzo. Aunque modestamente se lo calla, sabemos que ha sido galardonado en varias ocasiones.
Antes de comenzar su exposición nos entrega un folio en el que se resume la charla con un decálogo escrito por él mismo acerca de los medio de comunicación. Como buen periodista comienza elogiando el mundo del periodismo y explicándonos algunos conceptos básicos. Luego, como buen sacerdote, nos advierte de los posibles peligros de confiar ciegamente en todo lo que nos dice la televisión, la radio, los periódicos o Internet.
Acaba la charla con el décimo punto del decálogo, animándonos a cambiar el mundo, empezando por cambiarnos a nosotras mismas. Su tiempo casi ha acabado cuando nos cede la palabra, invitandonos a preguntar. Tímidamente se levantan algunas manos, entre ellas, la mía. Un consejo es lo que pido yo. Un consejo para se capaz de transmitir con palabras aquello que quiera compartir. Un consejo para aprender a hablar. ¡Qué pregunta tan tonta y qué consejo tan sabio!
Me contestó enumerando los cinco pilares de la buena comunicación:
No habían pasado dos minutos del encuentro cuando los, hasta entonces pesados, párpados de todas observaban expectantes al invitado. Así el sueño se convirtió en asombro.
El alzacuellos de su camisa nos confirma nuestras sospechas: es sacerdote, pero no un sacerdote cualquiera. Don Antonio Gil no viene a contarnos un sermón más, viene a educarnos, como a él le gusta decir, en los medios de comunicación.
Mirándonos una a una a los ojos capta nuestra absoluta atención mientras se presenta. Nos cuenta que ejerce el sacerdocio y el periodismo. Todos los domingos el periódico EL CÓRDOBA cuenta con un artículo suyo y, su voz podría sernos familiar por haberla escuchado por la radio.
El pasado año una semana de cada mes comenzaba el día emitiendo en el conocido programa de radio que antes se llamaba "Buenos Días nos de Dios" y que ahora, por los tiempos que corren se llama simplemente "Buenos Días". Además ha escrito varios libros y, desde hace casi 18 años es párroco de San Lorenzo. Aunque modestamente se lo calla, sabemos que ha sido galardonado en varias ocasiones.
Antes de comenzar su exposición nos entrega un folio en el que se resume la charla con un decálogo escrito por él mismo acerca de los medio de comunicación. Como buen periodista comienza elogiando el mundo del periodismo y explicándonos algunos conceptos básicos. Luego, como buen sacerdote, nos advierte de los posibles peligros de confiar ciegamente en todo lo que nos dice la televisión, la radio, los periódicos o Internet.
Acaba la charla con el décimo punto del decálogo, animándonos a cambiar el mundo, empezando por cambiarnos a nosotras mismas. Su tiempo casi ha acabado cuando nos cede la palabra, invitandonos a preguntar. Tímidamente se levantan algunas manos, entre ellas, la mía. Un consejo es lo que pido yo. Un consejo para se capaz de transmitir con palabras aquello que quiera compartir. Un consejo para aprender a hablar. ¡Qué pregunta tan tonta y qué consejo tan sabio!
Me contestó enumerando los cinco pilares de la buena comunicación:
- acoger
- escuchar
- dialogar
- comprender
- enriquecer y enriquecerse
Parece que los cuatro primeros podría aprender a manejarlos, pero ¿cómo sabré si se está cumpliendo el quinto? Antes de preguntarlo, don Antonio ya está respondiendo: afirma que si tratamos de cumplir los cuatro primeros; el quinto, viene sólo.
Suena la sirena. La hora de estudio anuncia también que es la hora de despedirse. Pero él no quiere irse sin entregarnos un regalo. ¿Otro regalo? Sonriente nos da dos de sus libros: Meditaciones en el Ave y Mis Buenos Días nos de Dios.
Finalmente se marcha con un andar pausado pero orgulloso, sabiendo que sus palabras tendrían eco en nosotras, aunque muchas aún no lo sepamos. Curioso, no esperaba descubrirlo tan pronto, los cinco pilares se han cumplido.
Suena la sirena. La hora de estudio anuncia también que es la hora de despedirse. Pero él no quiere irse sin entregarnos un regalo. ¿Otro regalo? Sonriente nos da dos de sus libros: Meditaciones en el Ave y Mis Buenos Días nos de Dios.
Finalmente se marcha con un andar pausado pero orgulloso, sabiendo que sus palabras tendrían eco en nosotras, aunque muchas aún no lo sepamos. Curioso, no esperaba descubrirlo tan pronto, los cinco pilares se han cumplido.
Lola Priego Luque
=) lp..
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