
LA NUEVA LEY DEL ABORTO: ¿QUIÉN PAGA?
No sé si a alguna de vosotras le habrá ocurrido. A mí “casi”. Más de una vez, he entrado en un Bazar chino y he estado a punto de romper algo sin querer. Sin querer pero sin remedio porque el letrero de quién rompe, paga; reza bien claro en la mayoría de las estanterías.
Pues bien, a nadie le gusta pagar aquello que va en contra de sus valores. No olvidemos que la dichosa nueva ley del aborto nos va a costar el dinero a todos y a todas y, la verdad, es que no estamos para malgastarlo de esa manera. Claro, que el dinero quizá sea lo que menos me importe. Cosas que me importan son:
· Que exista la más ligera duda sobre el derecho a la vida que posee el ser vivo que es víctima inocente de ese maldito acto que viola el derecho más importante de toda persona.
· Que se deje que una niña de 14 ó 16 años, a la que se prohíbe legalmente que compre una botella de ginebra ó que entre en un salón de máquinas de juego, decida, en una situación estresante, si quiere ó no tomarse una pastillota nada saludable o ir a una clínica en la que le faciliten “deshacerse” de su hijo como sino fuera más que un problema.
· También me preocupa que la niña sea amiga mía y le aconsejen unos sanitarios, a los que no ha visto nunca, que no se lo diga a sus padres, porque se anteponga una mal entendida confidencialidad o un mal entendido derecho de una menor.
Por último me resulta preocupante, en torno a la igualdad y la libertad, el que cualquier mujer que llegue a un Servicio de Urgencias, y explique: “puede que esté embarazada”;si decide no tener el niño, tiene la RU-486 o la dirección de un especialista en abortos. Pero si decide no liquidarlo y tenerlo ¿ qué le dan?. En este caso, seguro que le sacan el cartel de “quién rompe, paga” y adiós muy buenas.
En fin, que el descuido dichoso a mí me está dando bastantes preocupaciones en esta primavera cordobesa. Menos mal que las mujeres somos bastante listas: yo confío en vosotras, chicas, en vuestra inteligencia, en vuestro corazón y en vuestro amor a la vida.
Marina Valdenebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario