Nuestra prensa

“La emisión de las ideas por la prensa debe ser tan libre, como es libre en el hombre la
facultad de pensar.”
- Benito Juárez, político y estadista mexicano de origen indígena (1806-1872)

“La Prensa, querido Watson, es una institución realmente valiosa, si sabes cómo usarla.”

- Sherlock Holmes, La Aventura de los Seis Napoleones (1903)

sábado, 6 de junio de 2009


EL AMOR QUE NO FUE AMADO.

- Di, tú, niña despreocupada.
Tú que tienes el mundo a tus pies.
Tú que con solo 16 años has visto más que muchos.
Dime. ¿Qué el que?
Dime qué te preocupa, qué te tiene las noches despierta y sin comer.
Dime cuál es el motivo de tu llanto, cuál es la razón de tu desasosiego.
Dime lo que se te pasa por la mente. Dímelo.
No sabes lo que me duele, que estés así por mí culpa.
Si pudiera… si pudiera… si quisieras te lo compensaría
No me preguntes quién eres, porque ni tú misma lo sabes.
No me digas que nadie te entiende, porque ni tú misma lo haces.
No me digas que la vida es difícil, porque lo tienes todo.
No me digas que duele, porque ha sido tu culpa.
Dame las gracias, aunque no quieras.
Dame las gracias, aunque te cueste.
Dame las gracias, aunque sea la primera vez.
Dame las gracias, que quiero oírte.
Dame las gracias por haberme ido de ti.
Pídeme perdón, por haberlo hecho.
Pídeme perdón, por no confiar en mí.
Pídeme perdón, por ser tú quien decida.
Pídeme perdón, por creerte más que yo.
Pídeme perdón, por deshacerte de mí.-
- ¿Por qué habría de contarte? ¿Por qué no te puedo decir nada? ¿Por qué he de darte las gracias? ¿Por qué he de pedirte perdón?-
- Porque para cuando lo quieras hacer, yo ya no estaré ahí.
No me consolarás cuando llore, porque nunca me oirás llorar.
No me enseñarás a ver lo que tengo, porque nunca tendré nada.
No te podré agradecer haberme dado todo, porque me lo has quitado ya.
No podrás oír cómo suena mí voz, porque nunca hablaré.
No podrás caminar conmigo de la mano, porque no tendré manos para cogerte.
No sabrás si me enamoraré, porque no conoceré a nadie.
No me reñirás si lo hago mal, porque no podré hacer nada.


Mamá. ¿Es lo mismo lo que yo siento al decirte esto que lo que tú sientes por tú madre?
Te quiero. Aunque no quieras que te lo pueda demostrar.
Perdón. Perdón por ser una carga.
Gracias. Gracias por arrepentirte.-
Entonces la madre se levanta y se va. Dejando en la clínica los restos de un amor que no fue amado.


Gracias mamá, porque yo sí estoy aquí y porque yo si puedo hablar por todos aquellos que no han podido y por aquellos que, desgraciadamente, no podrán hacerlo.


LUCÍA TUSQUELLAS SÁNCHEZ

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